El Palacio Imperial (故宫, gugong), conocido también como La Ciudad Prohibida (紫禁城, Zǐjìnchéng), es uno de los destinos más icónicos de Beijing y de toda China. Este complejo imperial, que fue el corazón político y ceremonial de China durante más de 500 años, se encuentra estratégicamente ubicado en el centro de la capital, justo al norte de la famosa Plaza de Tiananmen. Su proximidad a este emblemático espacio permite combinar ambas visitas en un solo día, convirtiéndolo en un plan ideal para los amantes de la historia y la cultura.
Ubicada en el eje central de Beijing, la Ciudad Prohibida está rodeada por un foso de agua de 52 metros de ancho que la protege y la aísla del bullicio exterior. Este foso no solo sirvió como defensa durante la era imperial, sino que también añade un toque de serenidad al paisaje, reflejando los imponentes tejados amarillos de los edificios en sus aguas tranquilas. Más allá del foso, se alzan murallas de 10 metros de altura, simbolizando el poder y la exclusividad del recinto imperial.
La entrada principal, la Puerta Meridiana (午门, Wǔmén), se encuentra directamente al norte de la Plaza de Tiananmen, lo que facilita la organización de un recorrido que incluya ambos sitios.
La Plaza de Tiananmen, la plaza pública más grande del mundo, suele ser el punto de partida para un día lleno de historia. Comienza tu mañana explorando esta plaza histórica, donde encontrarás monumentos como el Monumento a los Héroes del Pueblo, el Gran Salón del Pueblo, y el Mausoleo de Mao Zedong.
Después de recorrer Tiananmen, dirígete hacia la entrada de la Ciudad Prohibida. Desde aquí, puedes sumergirte en el majestuoso mundo del pasado imperial de China. Dedica la tarde a explorar los salones, patios y jardines del complejo. Para culminar el día, sube a la colina del Parque Jingshan, ubicada justo detrás de la Ciudad Prohibida, y disfruta de una vista panorámica que te dejará sin palabras, especialmente al atardecer.
El recorrido por la Ciudad Prohibida sigue un eje norte-sur y te lleva a través de algunos de los espacios más emblemáticos del complejo:
Puerta Meridiana (午门, Wǔmén): Es la entrada principal y un punto de referencia inconfundible. Desde aquí, se accede al corazón del recinto imperial.
Patio Exterior: Aquí se encuentran los tres salones principales
Salón de la Suprema Armonía (太和殿, Tài Hé Diàn): El edificio más grande del complejo, utilizado para ceremonias imperiales.
Salón de la Armonía Central: Donde el emperador descansaba antes de las ceremonias.
Salón de la Conservación de la Armonía: Utilizado para banquetes y exámenes imperiales.
Patio Interior: Residencia de la familia imperial, con espacios como el Palacio de la Pureza Celestial (乾清宫, Qiánqīng Gōng) y el Palacio de la Unión y la Paz (交泰殿, Jiāotài Diàn).
Jardín Imperial: Un espacio tranquilo lleno de pabellones y esculturas, ideal para terminar el recorrido dentro del complejo.
Diseño Simbólico: Cada detalle de la Ciudad Prohibida tiene un propósito simbólico. Por ejemplo, los dragones decorativos representan el poder imperial, y el número de estatuas en los tejados indica la importancia del edificio.
Dimensiones Monumentales: Con más de 72 hectáreas, casi 1.000 edificios y 8.700 habitaciones, la Ciudad Prohibida es el complejo palaciego más grande del mundo.
Feng Shui: Su diseño sigue estrictos principios de Feng Shui, con el agua del foso al sur y las colinas al norte, asegurando equilibrio y prosperidad.
Después de explorar el complejo, un paseo al Parque Jingshan es el broche de oro perfecto para tu visita. La colina artificial, construida con la tierra excavada del foso de la Ciudad Prohibida, ofrece vistas inigualables del complejo y del horizonte de Beijing. Este lugar es ideal para relajarte y reflexionar sobre la grandeza de lo que acabas de presenciar.
Explorar la Ciudad Prohibida y sus alrededores es una experiencia inolvidable, pero algunos consejos prácticos pueden marcar la diferencia para que tu visita sea aún más especial y libre de inconvenientes.
Aunque la Ciudad Prohibida está cerrada al público por la noche, pedalear alrededor de su foso es una experiencia mágica. Empieza en la Puerta Meridiana, yendo dirección puerta este y recorre el perímetro, llegando de nuevo hasta la Plaza de Tiananmen. De noche, el área es sorprendentemente tranquila, con apenas personas alrededor. En invierno, la neblina y el sonido de los murciélagos y cuervos crean un ambiente surrealista. En verano, la brisa refrescante hace del recorrido algo inolvidable.
A menudo, algunas personas pueden acercarse fingiendo ser estudiantes deseosos de practicar inglés. Aunque la mayoría de los chinos son amables y genuinos, algunos buscan llevar a turistas a casas de té o bares donde los precios son excesivamente altos. Declina estas ofertas con cortesía y mantente alerta.
Los conductores de rickshaws suelen ofrecer precios bajos, como 30 yuanes, pero algunos intentan cobrar en dólares o euros al finalizar el trayecto. Asegúrate de confirmar que el precio es en yuanes antes de iniciar el recorrido.
En los alrededores de la Ciudad Prohibida, podrías encontrar supuestas exposiciones de arte. En algunos casos, la intención principal es vender cuadros a precios elevados. No te sientas presionado a comprar y mantén una actitud crítica.
Es común que los visitantes chinos, especialmente de provincias alejadas, te pidan fotos por curiosidad o amabilidad. Esto suele ser un gesto amistoso, pero si no te sientes cómodo, puedes declinar educadamente.
Las estafas no son comunes, pero un poco de precaución garantiza que disfrutarás plenamente de tu experiencia en este lugar emblemático. ¡Sigue estos consejos y vive una visita memorable en la Ciudad Prohibida!
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